lunes, 24 de octubre de 2011

El Mito de: El Pueblo nunca se equivoca





En torno al mito: “El pueblo nunca se equivoca”
Aun cuando la palabra mito puede no ser la más precisa desde el punto de vista etimológico, voy a utilizarla en su acepción más común: “algo que no refleja la realidad”. Y si algo no refleja, ni ha reflejado la realidad Venezolana, es la populista y demagógica frase “El pueblo nunca se equivoca”,  frase que no resiste al más superficial de los análisis.
Analicemos lo ocurrido desde 23 de enero de 1958 hasta hoy. Años durante los cuales, con todas sus fallas, hemos tenido un Sistema Electoral que ha permitido elegir a quienes deben regir el destino del país, y en buena parte, nuestro destino individual. Un Sistema Electoral que permitió a Rafael Caldera, candidato de oposición, ganar su primera elección por el escaso margen de 30.000 votos.
Pero ¿qué resultado obtenemos, después del análisis más optimista de ese medio siglo de decisiones electorales del pueblo? Para el observador más cauto, el resultado, exceptuando con reservas los primeros dos Gobiernos, puede resumirse así: Cada Gobierno nacido de la decisión popular ha sido peor que el anterior. Pero el demagógico Teniente Coronel Chávez Frías afirmó que el pueblo nunca se equivoca y el pueblo votó por él con el cuento que los gobiernos elegidos, desde Betancourt hasta el segundo y fatal gobierno de Caldera, habían sido corruptos, y quienes, junto a “la oligarquía depredadora”, eran responsables de la pobreza y desigualdad existente. Es decir que “el pueblo que nunca se equivoca” llevaba 40 años  equivocándose. Sin embargo, a pesar de esta obvia contradicción en el planteamiento del oscuro Teniente Coronel, la frase mítica ejerció su efecto demagógico excitando y satisfaciendo las emociones populares; y “el pueblo que nunca se equivoca” lo eligió cometiendo su peor equivocación. La prueba es el absoluto contraste entre las expectativas generadas por sus promesas, y la cruda realidad de su desgobierno: siembra de el odio responsable de la división de nuestro pueblo, desempleo, inseguridad, inflación, devaluación de la moneda y del estado de derecho.
Por eso hay que demoler la populista frase “el pueblo nunca se equivoca”, tomar conciencia de nuestra ignorancia electoral para que la sociedad haga algo al respecto. Se debería crear una ONG dedicada a “enseñar a elegir”. A comunicar ciertas reglas básicas para escoger candidatos y programas electorales que sirvan para minimizar el error al tomar tan vitales decisiones. Enseñar que hay que  analizar las promesas electorales, viendo más que las promesas mismas, cómo ofrecen cumplirlas. Crear “conciencia electoral”. Esta sería la forma de quitarle poder, no sólo a Chávez, sino a cualquier otro demagogo que pretenda usufructuar con el hambre y la ignorancia del pueblo, para esto hay que enseñarle al pueblo no por quien votar sino cómo votar.



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