martes, 20 de diciembre de 2011

El Bolívar Marxista de Chávez


Entre las constantes contradicciones de Chávez me parece interesante resaltar la siguiente, ocasionada muy probablemente por su ignorancia:
Chávez se declara Marxista solicitándole a sus ignaras huestes que lean a Marx, declarando que igual que Jesucristo, Bolívar había sido socialista-marxista, cuando lo que sigue a continuación es apenas una muestra de la posición de Marx ante Bolívar:
En una carta fechada en Londres el 14 de febrero de 1858, Marx le escribió a Federico Engels comentando los reclamos de Daña y decía (refiriéndose a Bolívar): "En lo que toca al estilo prejuiciado, ciertamente me he salido algo del tono enciclopédico. Pero hubiera sido pasarse de la raya querer presentar como Napoleón I al canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soululouque".
La sola comparación con el emperador negro Soululouque, el dictador de Haití que surgió de entre los esclavos para cometer fechorías contra su propia gente, pone a Bolívar, desde la mira de Marx, en la posición de un dictadorzuelo oportunista y demagogo que había aprendido con ventajas las mañas de la "viveza criolla" americana.
Las devastadoras opiniones con que Marx estigmatiza las pulsiones autoritarias de Bolívar constituyen hoy un colosal problema teórico y político para el movimiento marxista internacional que, paradójicamente, en Latinoamérica tiende a expresarse bajo la forma de un movimiento anti-imperialista "bolivariano". [...]
Marx desmitifica con ruda acuciosidad el aura de genio militar que rodea a Bolívar y lo expone como un general calculador y cobarde al punto de calificarlo como "el Napoleón de las Retiradas" en alusión a recurrentes episodios donde Bolívar huye en plena batalla abandonando a sus soldados, como sucedió en agosto de 1814 durante un combate contra las tropas del realista Boves.

Se podrían escribir varios libros sobre las contradicciones, mentales, morales y éticas del militar que nos desgobierna, pero creo que para muestra basta un botón.

viernes, 16 de diciembre de 2011

HAY QUE CAMBIAR LA HISTORIA


Hay que cambiar la forma como se enseña la Historia de Venezuela porque pueblo que no conoce su historia repite lo peor de la misma.


El bastardo uso que de la figura de Simón Bolívar hace el Teniente Coronel, que como un maldición del pasado está acabando con Venezuela, no es nuevo, aunque si el más burdo, grosero, torpe y vulgar.
Es lamentable la manipulación que todos los militares (y algunos políticos) han hecho con la figura del Libertador con el fin de justificar su acceso y permanencia en el poder a través de la violencia de las armas.
De acuerdo al historiador Elías Pino Iturrieta; la elevación de Bolívar a la cúspide del Olimpo poblado por “Los Dioses de nuestra Independencia” comienza con el Gobierno del dictador Antonio Guzmán Blanco, quien habiendo traído sus restos a Venezuela en 1842 lo utilizó como “pasaporte” para ejercer el poder directa o indirectamente durante 22 años. La publicación en 1881 de la monografía Venezuela Heroica de Eduardo Blanco, terminó por afianzar la deificación del Libertador que ha sido el factor de influencia más negativa en la vida republicana con una exaltación del militarismo en prejuicio del poder civil que constituye la inmensa mayoría del país.
Esta utilización bastarda de la figura de Bolívar, con las variantes ocasionadas por los personajes y su época, también le sirvió de justificación al poder militar de Juan Vicente Gómez quien tiranizó a Venezuela durante 27 años y al general Marcos Pérez Jiménez, aunque por un tiempo bastante más breve. Todavía recuerdo “la semana de la patria” del dictador Pérez Jiménez cuando los colegios nos veíamos obligados a marchar militarmente al son de la “Banda de Guerra” del colegio.
Creo que es fundamental para el país que se enseñe desde el cuarto grado una “Nueva Historia de Venezuela” que humanice y desmilitarice al Libertador y a los otros actores fundamentales de la lucha, que no iba más allá de la Independencia, la cual era indispensable para poder instaurar un sistema de Gobierno no autocrático, civil y republicano, que era la intención de fondo del Precursor Miranda y otros intelectuales de la época.
Por eso es importante resaltar en esa “Nueva Historia de Venezuela“ la lucha civilista que durante el Siglo XX nos llevó a la instauración de la democracia civil que con todos sus defectos disfrutamos desde 1958 hasta 1998.
Pero hay que comenzar por desmitificar a la figura del Libertador. Que se enseñe, por ejemplo, como error humano de Bolívar la entrega de Miranda a Monteverde en 1812 después de la caída de la Primera República. A la cual, por cierto, contribuyó significativamente la caída de Puerto Cabello, plaza en que se encontraba gran cantidad de armamento de la república, y que era defendida por él. Tras este fracaso militar, Bolívar se sintió culpable, como lo refleja en cartas que dirigió luego a Miranda.
El 30 de Julio de 1812, Miranda llegó a La Guaira con la intención de partir el día siguiente en el barco inglés Sapphire, con miras a reorganizar nuevamente la lucha y regresar a lograr la independencia.
Miranda se hospedó esa noche en casa del coronel Manuel María Casas. En la madrugada despertó cuando, espada en mano, Simón Bolívar, Casas y Peña le ordenaron que se levantara y vistiera, tras lo cual lo entregaron al general español Monteverde. Es en esa madrugada cuando Miranda le dice a su ayudante la conocida frase: "Bochinche, bochinche. Esta gente no sabe hacer sino bochinche".
A cambio de esta entrega, el español Francisco de Yturbe le entrega a Bolívar el salvoconducto que éste le había solicitado para exilarse en el extranjero, esto con la aquiescencia de Monteverde quien afirmó: “Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda”.

Hay diferentes opiniones en cuanto a la motivación de Bolívar para haber realizado esta acción. Pero los hechos son los narrados y no hay forma de verlo sino, como mínimo, un gran error del Libertador.
El fusilamiento de Piar, es también otro de los estigmas en la actuación política de Bolívar justificándola él como una necesidad política para evitar una guerra de “pardos contra blancos”. Es que proviniendo de la más rancia oligarquía mantuana era comprensible su actitud.

A continuación extractos del libro de Martha Hildebrandt La Lengua de Bolívar que nos da una visión que permite comprender mejor el injusto fusilamiento del mulato Piar:

I.               Léxico
Pardo “mulato” se usaba desde el Siglo XVII en gran parte de la América hispana (se ha anticuado en muchas regiones, entre ellas Venezuela, el Perú y Argentina). Dice el Libertador a Rafael Urdaneta, el 2 de octubre de 1830, refiriéndose al general Ucrós y a un señor Tatis:

            “Ambos a dos son dos beneméritos amigos y con influencia en el país (Cartagena): Ud. conoce al uno y al otro; y el otro es un pardo, caballero, de los más influyentes en Cartagena y amigo leal, aunque ha estado sentido con no poca justicia”  (Obras, III, 468).

Pero Bolívar, así como defendía a los pardos, temía a los pardócratas y, sobre todo, a la pardocracia. El 21 de febrero de 1826 escribe a Santander desde el Perú:

            “Mi hermana me dice que en Caracas hay tres partidos: Monárquicos, democráticos y pardócratas; que sea yo Libertador o muerto es su consejo. Los amigos de Páez] han sido federalistas primero, después constitucionales y ahora napoleónicos, luego no les quedarás grado que recibir que el de anarquistas, pardócratas o degolladores”. (Obras II, 310; cfr. t. id. I, 499)

En abril de 1823 había dicho también a Santander:

            “La igualdad legal no es bastante por el espíritu que tiene el pueblo, que quiere que haya igualdad absoluta, tanto en lo público como en lo doméstico; y después querrá la pardocracia, que es la inclinación natural y única, para el exterminio de la clase privilegiada. Esto requiere, digo, grandes medidas, que no me cansaré de recomendar”. (Obras, II, 114)

Ya se incubaba la guerra federal, y Bolívar no deja de estar ni un momento alerta ante el peligro de la pardocracia creciente. El 28 de junio de 1825 de nuevo dice a Santander:

            “Mi hermana, que tiene mucho talento, me escribe que Caracas está inhabitable por las tentativas y amenazas de la pardocracia”. (Obras, II, 158)

El 22 de marzo de 1826 le dice a Paz del Castillo:
           
         "de Guayaquil me han escrito cosas bastante   alarmantes con respecto a la pardocracia (id. id. 340) 

El 12 de mayo dice a Sucre:

            “la pardocracia va ganando terreno” (id. id. 361)

y el 8 de octubre a Santander:

            “la pardocracia triunfa” (id. id. 479)
  
Es lógico pensar que es por esta obsesión y temor de Bolívar hacia lo que él denominó “la pardocracia”, que Pino Iturrieta constata la contradicción Bolívar/Chávez y afirma que de estar Bolívar vivo, “se sorprendería de ver a un zambo, combinación aleatoria de indio, negro y blanco; habitando el palacio de Miraflores y hablando en su nombre”. Sin embargo en lo que no estoy de acuerdo con nuestro historiador es en la existencia del factor sorpresa, más bien creo que Bolívar vería confirmados sus “proféticos” temores. 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Politólogos y Encuestadores


Para poder lograr el cambio que la inmensa mayoría de los Venezolanos estamos esperando, lo primero que hay que comprender y dar por sentado es que es absolutamente indispensable agotar la salida electoral. Cualquier otro intento podría justificar una acción por parte del Teniente Coronel y el infame generalato nombrado por él, que sólo podría conducirnos a la tragedia de una guerra civil. La oposición es definitivamente democrática y el acceso al poder en las democracias es por la vía electoral.
En segundo lugar, la mayoría de los “encuestadores” y “politólogos” que son quienes tienen acceso a los medios deben cambiar la tónica de sus “análisis”. Por ejemplo: pretender que nadie ha aprendido de los pasados errores, nadie parece querer entender lo que nos jugamos, un exacerbado e imbécil triunfalismo y una idea de “campaña electoral” propia de quienes no han entendido de por dónde les viene el juego…” es una visión pesimista y poco objetiva de la situación política actual del país y el intento de mostrar y tratar de proyectar optimismo y esperanzas a una sociedad que tanto lo está necesitando no merece ser calificado como: “un exacerbado e imbécil triunfalismo”  pues está fundamentado en el progreso real conseguido por un numeroso grupo de cabezas pensantes, que participando de una manera plural y democrática han logrado una unidad que tiene por primera vez al Teniente-coronel a la defensiva.
Sin embargo el politólogo del ejemplo que uso de lo que hacen muchos afirma refiriéndose a la oposición: demuestra un triunfalismo arrogante y acepta recomendaciones de “conciliación”, “diálogo” y acepta que se llamen “radicales” las propuestas de quienes consideramos que de este caos no saldremos sino apretándonos los pantalones y haciendo esfuerzos tal vez sobrehumanos si queremos seguir teniendo un país llamado Venezuela”.
Pero no aceptar la reconciliación como una necesidad imperiosa para despolarizar al país es no ver que la inmensa mayoría de la sociedad ya está agotada de la confrontación y el discurso del odio y la separación. Creo que es una actitud que requiere más “apretarse los pantalones” que el discurso radical y extremista que a la larga es más fácil y que sólo mueve emociones primarias y no el pensamiento adulto y razonable. En otra entrada en este mismo blog afirmé lo siguiente que viene al caso en cuanto a la necesidad de reconciliación y de algo necesario para lograrla: 
Es importante comprender que es indispensable llevar ante la justicia a todo funcionario de la administración pública, que haya incurrido en delito; ya sea por corrupción, por denegación de justicia o por cualquier delito cometido contra los derechos humanos. Y no sólo los funcionarios públicos que han respaldado al Gobierno, sino también a los de las Gobernaciones y Alcaldías en manos de la oposición. La Justicia debe acabar con la impunidad si queremos que en Venezuela se de un verdadero viraje que nos conduzca al fin de la inseguridad, al desarrollo y el respeto a La Ley.
Sin embargo hay que evitar a toda costa la persecución o discriminación de funcionarios que no hayan cometido delito alguno sólo porque respaldaron al gobierno del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, quien ha arrasado al país de una forma que ni siquiera José Tomás Boves logró hacerlo.
Hay que ofrecerle la garantía más absoluta a la mayoría honesta de funcionarios de la administración pública, que sea de la tendencia política que sea, que si no la debe no la tema; que no vamos a caer en versiones opositoras de las oprobiosas “Listas Tascón y Maisanta” . 
Es importante que todos los precandidatos de la MUD dejen esto claramente establecido para restarle efectividad a la predica del Gobierno de que si Chávez pierde la oposición va a perseguir a todo el que lo respalda. 
Pero así mismo es importante afirmar, de una manera igualmente clara, que los corruptos y quienes hayan incurrido en cualquier delito cometido contra los derechos humanos será sometido a un juicio imparcial respetando su derecho a la defensa. Esto con el fin de restarle efectividad a la predica de los extremistas de la oposición que confunden la venganza con la justicia.
En relación a los problemas del REP y la parcialidad del CNE es poco realista pensar que la MUD no está consciente de los problemas que esto confronta y no tenga respuestas ante los mismos. Recordemos como lograron hacer valer nuestros votos en las elecciones a la Asamblea Nacional habiendo obligado a que nos reconocieran más votos que los del gobierno, a pesar de que con una treta “Escarraesca” hayan conseguido más diputados con menos votos. Ahora el asunto es distinto, por un lado la oposición está mucho más fuerte y organizada y por otro aquí la treta que aplicaron en la elección de la Asamblea no tiene aplicación.        
La verdad es que estoy cansado de ver la falta de reconocimiento a la labor de la MUD que sólo le hace el juego, espero que no consciente, al gobierno.